El Secreto Bien Guardado - Familia Disfuncional
Guía Pastoral

El Secreto Bien Guardado – Familia Disfuncional

Desde el inicio del mundo, Dios ordenó que la familia sea la institución más importante y sagrada de la sociedad humana.  Encontramos la institución de la familia en Génesis 1:27-28 “Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios.  Hombre y mujer los creó, y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense…”  A partir de la unión del esposo y la esposa, la familia se extiende e incluye a los hijos del matrimonio.  Toda familia cristiana tiene el propósito de reflejar la imagen de Dios ante el mundo; debe ser una familia que vive bajo los principios de Dios en todo momento.

Pero desde la caída de Adán y Eva, el pecado afectó gravemente el plan perfecto de Dios para la familia.  Desde el antiguo testamento hasta el día de hoy, vemos que las enseñanzas de los padres a sus hijos sobre Dios y la forma en la que ellos viven su vida, influye directamente a las personas que están formando.  Las actitudes hacia Dios y su santidad en la familia tiene consecuencias en los hijos y en las futuras generaciones.  En las familias donde la antorcha de la palabra de Dios es pasada de padres a hijos, es muy probable que los hijos después la pasen a la próxima generación.  Ahora en cambio, si uno de los padres o ambos no viven bajo los principios de Dios, es muy probable que ese adulto afecte la santidad y el destino final de sus hijos y de las próximas generaciones.  Esto se debe a que el padre y la madre padre ejercen una fuerte influencia en la vida del menor, que los puede llevar a la vida eterna o desviarlo del camino de Dios. 

Recordemos que los padres son principalmente responsables ante Dios de la formación espiritual de los hijos.  Proverbios 22:6 “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará”.  Deuteronomio 6:5-7 “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.  Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.  Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes”. 

Cada miembro de la familia tiene un rol asignado por Dios

El rol del esposo y la responsabilidad que Dios le dio como “cabeza de la mujer” incluye:

  1. el amor, la protección y el interés en su bienestar de la misma manera que Cristo ama a la iglesia. Efesios 5:25, 28-29 “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella.  28 Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, 29 pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia”.
  2. provisión para las necesidades espirituales y domésticas de la familia.  Efesios 5:23-24 “Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo.” y 1 Timoteo 5:8 “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”.
  3. la honra, la comprensión, el aprecio y la consideración.  Colosenses 3:19 “Esposos, amen a sus esposas y no sean duros con ellas.” y 1 Pedro 3:7 “De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes”.
  4. la absoluta fidelidad a la relación matrimonial.  Efesios 5:31 “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.” y Mateo 5:27-28 “Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio”. Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón”.

El rol de la esposa consiste en respetar y ser ayuda idónea para él.  Efesios 5:22 “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor.”  Efesios 5:33 “En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.”  Cuando el esposo ama a su esposa como Cristo ama a la iglesia, la sumisión es una respuesta natural de la esposa hacia su esposoLa mujer también debe tener absoluta fidelidad a la relación matrimonial.

El rol de los padres consiste en educarlos y formarlos espiritualmente con la palabra de Dios, como también proveer para todas sus necesidades.   Esto incluye proveer para sus necesidades emocionales, físicas y espirituales.  “Después de todo, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos” 2 Corintios 12:14.  

En lo que respecta ala disciplina, el propósito de la disciplina es corregir y dirigir al hijo a la justicia; no se debe usar como una manera de sacar la ira injustamente.  Colosenses 3:21 “Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen.”  No debemos hacer nada que destruya la inocencia de los niños, ni su espíritu. 

El rol de los hijos es honrar a sus padres.  Efesios 6:1-3 “Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre – que es el primer mandamiento con promesa – para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.”

La Familia Disfuncional

Hablamos del rol de cada integrante de la familia para poder entender que es realmente una familia disfuncional.  Una familia disfuncional es aquella en la que uno o más miembros de la familia no toma el rol que Dios le asignó, lo cual crea una situación en que otros miembros de la familia se ven obligados a participar en el rol del padre o la madre para compensar lo que hace falta. 

Por ejemplo, en una familia donde los padres no sienten la responsabilidad de hacerse cargo de los menores y no proveen para las necesidades básicas, o cuando mandan a los menores a trabajar como si fuera la responsabilidad del hijo menor mantener a los padres.  Acá el hijo o la hija está obligado a asumir el rol del adulto de forma anticipada y no permite que el niño o adolescente crezca de manera saludable. Otro ejemplo sería la falta de amor y protección en el hogar por uno o ambos padres y los hijos tratando de hacer lo imposible para que los padres le muestren algo de amor y los acepten como son, lo cual nunca son capaz de lograrlo.  Podría ser también cuando una madre no siente la responsabilidad de hacer las tareas del hogar y obliga a una hija a tomar el rol de la madre.  Incluye también las familias donde hay diversos tipos de violencia intrafamiliar, sobreprotección, negligencia, o adicción al alcohol o drogas psicotrópicas o ilegales.   

La disfunción en una familia es un secreto muy bien guardado.  Los adultos se aseguran de que sus hijos nunca hablen de los problemas familiares y las disfunciones que los padres mismos crean.  Esto se hace a través de la manipulación, las amenazas, los golpes, las humillaciones y el control coercitivo.  Es un secreto familiar en el cual, si alguno de los miembros de la familia intenta exponer, el resto de los miembros lo tratan de callar y niegan lo que está ocurriendo. 

Son familias donde normalmente el padre o la madre, o ambos tienen un patrón consistente de crear situaciones que imponen caos e incertidumbre sobre el cónyugue o los hijos, donde la falta de cariño, de amor, de respeto y el abandono, la negligencia y el abuso son la norma.  Existe un desequilibrio de poder, derechos y obligaciones entre los miembros de la familia.  Ya que ninguno puede asumir el rol correspondiente, toda la familia se vuelve disfuncional y esto afecta gravemente a los hijos. 

La confusión, el rechazo hacia los hijos, y la falta de amor y cariño son algunas de las conductas más comunes.  En estas familias, los más importante es satisfascer los caprichos o deseos egoístas del los padres o uno de los padres, que en muchos casos tienen razgos narcisistas, y que no están activamente involucrados en el rol que Dios les ordenó de cuidar, amar y proveer para sus hijos.

Es lamentable ver como éstas conductas están hasta presentes en algunas familias cristianas donde se aparenta una familia saludable, pero que dentro de su casa las conductas son muy difuncionales.  Son familias en las cuales los padres están mas preocupados en las apariencias externas, en vez de preocuparse por lo que piensa Dios. 

1 Samuel 16:7 nos dice “Pero el Señor le dijo a Samuel: No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón”.  Lucas 6:45 “El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca”.

Dios conoce todos nuestros pensamientos, todo lo que está en nuestro corazón y hasta sabe lo que vamos a decir antes de pronunciar alguna palabra.  Como dice el versículo anterior, lo que tenemos en el corazón de alguna manera u otra sale afuera.  Para que en nuestro hogar se viva con paz, gozo y amor, nuestro corazón debe estar alineado a la palabra de Dios. 

Conductas y características que se encuentran en familias disfuncionales

Personalidad narcisista – se caracteriza por una persona que se considera muy especial, tiene conductas de grandeza y prepotencia, necesita admiración, muestra una falta de empatía, se cree tener derechos o privilegios especiales, se cree superior a otras personas, envidia a los demás o piensan que otros le tienen envidia, se aprovecha de las relaciones para conseguir lo que quiere, y muestra demasiada arrogancia.  

En las relaciones de madres e hijos, las madres narcisistas suelen ser excesivamente frías, carecen de empatía con los hijos, tratan de controlar todo lo que hacen y se muestran celosas.   La madre o el padre narcisista tiende a humillar y anular a los hijos y descargar su ira o frustraciones sobre ellos.  Podría tratar de mostrar que los sobreprotege, pero no les demuestra el amor y cariño que necesitan para crecer psicológicamente fuertes y saludables.  Estos comportamientos narcisistas les crean a los hijos una baja autoestima, los hacen sentir como que nunca hacen nada bien, y que nunca pueden lograr ganarse el amor y respeto de la madre o el padre. 

Al padre o a la madre narcisista solo le importa que los hijos satisfagan todos sus caprichos egoístas, ya que en su mente solo sus opiniones son importantes y todos deben estar de acuerdo.  Crean caos en la familia, porque el narcisista suele hablar mal de todo el mundo, especialmente entre los miembros de la familia para poder romper toda relación posible entre hermanos, padre e hijos, hijos y abuelos, etc.  La persona narcisista causa división dentro de la familia; ejerce conductas tóxicas que arruinan la salud mental de todos los que viven con ellos.  Usa a las personas para sus conveniencias y cuando ya no le sirven, los descarta.    

En las relaciones de pareja, el narcisista tiene estos mismos rasgos de personalidad controladora, manipulativa, con derechos especiales, falta de empatía, sin sentimientos de culpa y tiende a ejercer violencia. 

La persona narcisista vacila entre dos extremos: toma el papel de víctima o ejerce poder autoritario.  Siempre toma uno de estos roles para conseguir que otras personas estén bajo su dominio y control. 

Recordemos lo que Dios nos dice en Marcos 3:25 “Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en pie”.  Así que la división es causada por Satanás y la persona que causa división no tiene un corazón rendido a Jesús, sino más bien sigue los deseas pecaminosos de su corazón. 

“Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo. Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador” – Tito 3:10-11.

Negligencia y abandono – se considera una forma de maltrato infantil ejercida por los padres y/o adultos responsables de un menor que incluye la falta de cuidado, el abandono, la apatía, y la despreocupación por el bienestar del niño.  Estas conductas privan a los niños y adolescentes del cuidado, protección y afecto que deben recibir de los padres para que tengan un óptimo desarrollo integral. 

Hay cuatro tipos de negligencia parental o infantil:

  • Negligencia física – no proveer para las necesidades básicas del menor que incluyen comida, lugar donde vivir, ropa, higiene, y falta de supervisión para su seguridad.  
  • Negligencia emocional y psicológica – no proveer el amor y cuidado emocional que necesitan para crecer sanos, no brindarles atención y afecto, no apoyarlos emocionalmente, amenazarlos con abandonarlos, rechazarlos, o exponerlos a situaciones que no son acordes para su edad.
  • Negligencia médica – no proveerles con cuidado médico cuando lo necesitan, no vacunarlos, o ignorar sus malestares físicos para no hacerse cargo. 
  • Negligencia educativa – no mandarlos a la escuela para que reciban una educación adecuada, o solo mandar a los varones y no a las nenas. 

Sobreprotección y manipulación – cuando los padres o uno de ellos invade la autonomía y la libertad de los otros miembros de la familia.  Existe un exceso de control sobre la vida de los hijos que los impide desarrollarse de manera saludable e independiente; esto genera una gran dependencia y daño emocional.  No se respeta la individualidad del hijo ya que los padres deciden todo por ellos y de alguna manera manipulan todos los aspectos de su vida, aun todavía en su vida de adultos por lo que los podría a llevar a tener problemas en sus matrimonios, en sus trabajos, educación, etc. 

Violencia intrafamiliar – la violencia hacia una persona dentro una relación íntima o familiar.  Se define como toda conducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, basada en una relación desigual de poder, cause por consecuencia un daño físico, psicológico, emocional, económico, sexual o espiritual.

La persona que maltrata utiliza un patrón de conducta que controla e intimada a otra persona y pone en peligro la seguridad o el bienestar de algún miembro de la familia.  Son conductas aprendidas, coercitivas que incluyen el abuso psicológico prolongado, aislamiento, intimidación, abuso físico, amenazas, castigos, violencia sexual, violencia económica, etc.  La violencia intrafamiliar es intencional y deliberada, y está asociada al abuso de poder.  Las personas que sufren violencia doméstica tienen graves consecuencias como una baja autoestima, depresión, ansiedad, altos niveles de estrés, trastornos gastrointestinales, lesiones, cardiopatías y otros.

Falta de comunicación y sinceridad – en las familias disfuncionales, no se hablan de los problemas que existen.  Hay un cierto código interno en el cual los menores aprenden desde temprana edad que los padres no permiten la comunicación abierta sobre los conflictos familiares.   Los miembros de la familia no confían en nadie y el patrón de conducta de uno o ambos padres es resolver toda mediante la mentira.  Existe una gran falta de honestidad y sinceridad que generan sentimientos de incomprensión, incertidumbre, confusión, baja autoestima y altos niveles de estrés. 

Los menores aprenden a disimular las emociones porque no se les permite admitir que hay conflictos dentro de la familia. Ellos aprenden a aparentar que todo está bien y que son personas fuertes, cuando en realidad son personas muy heridas por los adultos que están a cargo de ellos.  Ya de adultos, se les hace muy difícil confiar en otras personas y formar relaciones significativas porque en sus mentes, todos son deshonestos como en la familia en donde crecieron. 

Niño dorado y chivo expiatorio –  la niña o el niño dorado se refiere al trato preferencial, el favoritismo que uno o ambos padres le demuestran a ese menor.  Es la hija perfecta en la familia, pero esta niña tendrá una presión intensa para continuar con su rol y sus logros porque si no, se arriesgará a exponer la disfunción familiar.  En contraste, el chivo expiatorio es el hijo o la hija al que se le culpa por todos los problemas de la familia disfuncional.  Los insultos, la humillación, la intimidación, el abuso y la negligencia son considerados apropiados y aceptables para la hija puesta en esta situación.  Estos roles asignados al menor a temprana edad siguen presentes aún cuando ya son adultos; son comunes en familias tóxicas donde la madre o el padre es narcisista.  

Ambos, el niño dorado y el chivo expiatorio, experimentan abuso por parte del narcisista y tienden a tener una baja autoestima y falta de identidad propia.  La persona narcisista ve a la hija o al hijo como una extensión de sí misma y una posesión, no como a una persona individual con personalidad propia y autonomía.  El narcisista disfruta de la división que ellos mismos crean en la familia; lo lleva a cabo para aislar y debilitar a los hijos así obteniendo el poder y control sobre ellos.  De esta manera, pone a los hermanos unos contra otros y planta semillas de maldad continuamente para mantener la división.      

Son conductas realmente diabólicas que están completamente apartadas de la voluntad de Dios para la familia.  Jesús nos dice en Mateo 7:18-20 “Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno.  Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.  Así que por sus frutos los conocerán.”

Abuso de alcohol y/o drogas psicotrópicas o ilegales – podría ser por uno o más miembros de la familia, lo cual causa problemas económicos y emocionales en todos.

La Restauración de la Familia

Aunque es cierto que no hay ninguna familia perfecta, con la ayuda de Dios, una familia puede trabajar en conjunto para que cada uno siga el rol asignado y así mostrarle al mundo el funcionamiento saludable y amoroso que debe existir en una familia cristiana. 

El narcisismo, la negligencia, la sobreprotección, la manipulacián, la violencia intrafamiliar, el favoritismo y el rechazo, como también las adicciones ocurren por el pecado en el corazón de la persona; el pecado que no se rinde al SeñorSantiago 4:17 “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace”.  Como dice la Biblia también en Santiago 4:1 “¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?” 

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia Juan 10:10.  Satanás busca destruir todo en nuestra vida, robando así las bendiciones que Dios ha preparado para cada uno de nosotros, sus hijos.  Satanás, nuestro adversario, tratará por todos los medios de matar y destruir nuestras vidas espirituales, usando sus propios medios y sus armas, como lo son los sentimientos de culpa, la depresión, acusaciones, tristezas, desesperación, vergüenza, temor y muchas armas más, con la única finalidad de robar nuestra paz, amor y bendición. 

Todas las disfunciones familiares vienen del enemigo, que usa a la madre o al padre para llevar a cabo su plan de destrucción; pero el enemigo solo puede usar a la persona que NO tiene un corazón regenerado por la palabra de Dios.  Los hijos de Dios, los que aceptaron a Jesús como su salvador personal, ya no están bajo el dominio del enemigo, sino que son libres por la sangre de Cristo.  Por eso es importante examinarse a uno mismo a la luz de la palabra de Dios.  2 Corintios 13:5 “Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!” 

Dios no quiere el mal para nosotros porque su voluntad es buena, perfecta y agradable.  Jeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” 

Todos podemos de vez en cuando comportarnos inapropiadamente, pero cuando éstas conductas son parte de la vida cotidiana de una familia, ya no es un incidente aislado sino más bien un pecado habitual.   Es imposible que alguien que haya nacido de nuevo espiritualmente siga pecando continuamente.  1 Juan 3:9-10 “Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.  Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano”. 

Es sorprendente ver que hasta en familias cristianas se ejercen conductas violentas, abusivas y dañinas hacia los menores bajo el pretexto de la educación y corrección del menor.  El abuso de los menores es condenado por Dios.  “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” – Efesios 6:4.  

Jesús vino a dar vida a los que creen en él, vino a servir, no a ser autoritario y abusivo con los demás.  Mateo 20:28 “así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”  Si comparamos la manera en que Dios usa el poder y el control, vamos a ver que es completamente opuesta a la manera en que es usado por personas que ejercen violencia o que quieren manipular. El uso de poder y control que vemos en Dios padre, Jesucristo y el Espíritu Santo nos lleva al arrepentimiento y a una transformación del corazón, de la mente y del alma.   Jesús nos enseña humildad, amabilidad, amor por otros y servir a otros; directamente opuesto al control coercitivo que es común en la violencia doméstica y en la familia disfuncional.  

Si sos la persona que ha ejercido abuso o violencia hacia tu familia, o si sos la que sufriste las consecuencias de la familia disfuncional, la buena noticia es que Jesús quiere restaurar tu vida.  El Señor Jesús quiere entrar en tu vida como tu Salvador y Señor, perdonar tus pecados y darte vida eterna en el cielo con Él.  El primer paso a la restauración es que te arrepientas de todos tus pecados y que entregues to corazón a Jesús, que lo recibas como tu Salvador personal. 

2 Corintios 6:2 nos dice “Porque él dice: «En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé». Les digo que este es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!”  No retrases más tu decisión.  Cuando entregamos nuestra vida a Dios para que Él gobierne toda nuestra mente, nuestra alma y nuestro ser, nos convertimos en una nueva persona a través de la regeneración espiritual.  La voluntad de Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).  La restauración de la familia comienza cuando entregamos nuestra vida a Jesús y comenzamos a vivir de acuerdo a Su voluntad.

Te dejo con estas promesas de Dios….

“Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra.” Isaías 43:4

“Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman.” 1 Corintios 2:9

“Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.” Josué 1:9

                                                                                                                                  Carina Vera

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1 Comentario

  1. Celeste Reyes dice:

    El día de hoy me preguntaba si lo que me pasaba en mi casa era normal y de parte de Dios, muchas gracias por tener esta pagina y por seguir adelante animando a los creyentes y necesitados del amor de Dios a entender su amor y propósito, *es muy, pero muy difícil entender los propósitos de Dios cuando no encajas y vives como familia*, cuando te sientes sola con tantos problemas, entender el porque tuviste una familia disfuncional, y también es difícil aceptar que no tienes que vivir con la culpa de que estas deshonrando a tus padres por hablar y aceptar lo que se vive o se esta viviendo y el dolor por aceptar que viviste en una familia disfuncional y con sus consecuencias, no debe porque ser difícil entender que tus seres queridos que se dicen creyentes o se dijeron por tantos años no pudieron vivir en fe, le doy tantas gracias a Dios, porque me ama y se que el tendrá cuidado de mi familia, se que los traerá con su amor aún dentro de tantas perdidas, si son escogidos ellos son salvos para vida eterna, pero se que a pesar de la soledad y tanto dolor, me consuela que tenemos las promesas de Dios para su restauración y con la fe de que es posible aun encajar en los planes de Dios, no todo esta arruinado, en verdad gracias por atreverse a hablar de este tema con la palabra de Dios.

    Dios les bendiga

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