Dios nos ama y quiere tener una relación personal con nosotros. Para entender lo quiere decir aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador, primero es importante entender quién es Jesús.
En Juan 1:1-3 podemos ver que Jesús ya existía desde el principio del mundo. Juan 1:1-3 dice “En el principio ya existía el Verbo (Jesús), y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir”. Juan 1:14 dice “Y el Verbo se hizo hombre y habito entre nosotros”. Jesús es Dios en la carne; Dios se hizo un ser humano y vino a nosotros para enseñar, sanar, corregir y para morir por nosotros para salvarnos de nuestros pecados.
Todos necesitamos un Salvador, ya que todos somos pecadores. Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:10-18 nos dice que todos hemos cometido actos malvados y que no hay justos, ni aun uno. Como resultado de nuestro pecado, solo merecemos la ira y el juicio de Dios. Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. La Biblia explica claramente, que el pago del pecado es la muerte, la separación de Dios eternamente en el infierno. No podemos ganar nuestra entrada al cielo por buenas obras o por ser bautizados.
Por el amor que Dios nos tiene, envió a su Hijo unigénito para que todo aquel que cree en El, no perezca, sino tenga vida eterna (Juan 3:16). Jesús vivió una vida perfecta, libre de pecado y murió en la cruz para pagar por nuestros pecados (Romanos 5:8). Al tercer día, Jesús resucito de entre los muertos mostrando que había triunfado sobre el pecado y la muerte.
Romanos 10:9-10 nos dice “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación”. El verdadero cristianismo es una relación personal con Jesucristo.
Si quieres aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal, haz esta oración a Dios:
Señor Jesús, creo que tú eres el Hijo de Dios, que viniste a la tierra, fuiste crucificado en la cruz dando tu vida por mis pecados y resucitaste al tercer día. Confieso que soy un pecador. Me arrepiento de todos mis pecados y te invito a que entres en mi corazón y en mi vida. Dame la fuerza para alejarme de todo lo que me separa de ti. Dame sabiduría para caminar en el centro de tu voluntad. Te acepto como mi Señor y Salvador personal por el resto de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
Si has hecho esta oración, ¡felicitaciones! Has recibido a Jesús como tu Salvador y has tomado la mejor decisión de tu vida. Tu nombre fue escrito en el Libro de la Vida del Cordero (Apocalipsis 21:27, 20:15). “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
Déjanos saber enviándonos un mensaje a carinavera@redenciondelamujer.org para que podamos alegrarnos con vos y orar por este nuevo comienzo en tu vida.
Carina Vera
